Las navidades son un momento de parar, cargarte de energías con los tuyos e intentar rodearse de positividad. Es una época de darse caprichos. Creo claramente que los mejores regalos son los que se hace uno mismo. Quién mejor te puede conocer?
 
Lo que yo hago, lo denomino tesoros. Sí, esas fotos con tu perro se van a convertir en un tesoro. Sabes de sobra a lo que me refiero.
 
Si tu caso es el de una persona que conoce mi trabajo hace tiempo, pero aún no me ha llamado: deja de lado la vergüenza y cualquier otra excusa que te impide dar el paso. Regálatelo ya. Cierras el año con algo que te mereces. Paga extra de felicidad.
 
Si decides regalar una sesión, enhorabuena, vas a triunfar. Por la sorpresa inesperada y porque esto es mucho mejor que cualquier prenda de vestir o aparato electrónico.
 
Las fotos no se rompen, no se sustituyen, son atemporales. Cuando ya no puedas abrazar a tu perro, seguirán ahí, hasta el resto de tus días.
 

 
Te comento cómo lo preparo:

Te llevarás incluido un sobre con una tarjeta regalo, además añado una carta personalizada donde le dedicarás unas palabras a la persona. Eso es sensacional, te lo aviso.

Mira como reacciona la gente.